Tiempos para la esperanza, tiempos para "El Hobbit"






¿Cómo escribir sobre “El Hobbit”? ¿Cómo escribir sobre “El Señor de los Anillos”? Cómo escribir si las cicatrices de las viejas heridas aún duelen, cómo seguir adelante después de tantas aventuras, de tantas despedidas, de tantas batallas compartidas …

La Comarca donde habitamos nos recuerda aquella Edad en la que existieron unos seres que sabían vivir felices, amaban todo lo que crecía, saboreaban la mejor hoja de pipa, paladeaban exquisitos manjares y deliciosas bebidas rodeados de campos arados al sol y fuegos de artificios al anochecer, de la hospitalidad por santo y seña en las posadas del camino señalado por el último de los Istari, seres que aún vienen a la memoria cuando contemplo los pies de mi marido, esos pies peludos y redondeados, sin malicia, cuando lo veo disfrutar como un niño mientras tenga buena comida y bebida en la mesa …

También viene esa época a mi memoria cuando salgo a correr por los caminos, no, mejor aún, fuera de los caminos, donde no hay peligro, transitar por los campos del pueblo donde vivimos y vemos crecer todo alrededor, donde los niños aún juegan al aire libre, donde las estaciones y el paso del tiempo no llegan tarde ni pronto, llegan justo cuando se lo proponen.

Cómo escribir en estos tiempos de crisis que corren cuando lo mejor que podemos hacer es pensar que no nos corresponde a nosotros juzgar los tiempos que nos tocado vivir sino pensar lo que vamos a hacer en ellos y dar gracias. No osemos juzgar a nada ni a nadie pues desconocemos el cometido que éstos tienen aún en la vida. Cuando las sombras del Señor Oscuro y los mercados de valores amenazan las vidas de tantos seres y regiones de la Tierra Media, los pueblos unidos del mundo libre nos indignamos bajo los árboles centenarios de las plazas, nos manifestamos y preparamos nuestras mejores armas, hachas, escudos, flechas y cuerda élfica para luchar contra un enemigo común que amenaza nuestra esencia de hombres, medianos, elfos, enanos y los últimos descendientes de los edain, y corrompe al que osa ostentar el poder público como el anillo de poder hizo con todos aquellos que un día lejano en la noche de los tiempos se hundieron en su oscuridad lejana y tenebrosa.

Alianzas ya olvidadas entre seres que nos habíamos distanciado están siendo de nuevo rubricadas mediante la creación de aldeas ecológicas dispersas por territorios cercanos a los campos de Rohan, asambleas en barrios de Bolsón Cerrado para descubrir de nuevo el lenguaje de los caballos, escuchar el susurro de los árboles reunidos en largas tardes sobre las laderas de las Montañas Brunas. Descendemos de nuevo a las profundidades de la tierra en busca de tesoros y testimonios de aquellos que vivieron épocas mejores aunque a la vez tambores indiscretos despiertan nuestras peores pesadillas sobre Balrogs y seres muy antiguos que poblaron esta tierra mucho antes que nosotros.

La hora se acerca, la era del Hobbit llegará al amanecer del quinto día, en ese instante, justo cuando la esperanza parezca abandonar la tierra de los hombres, el mago blanco cabalgará sobre Sombra Gris y nos mostrará una luz nueva, la de la libertad. La luz de Eärendil sobre el firmamento nos guiará, el bien prevalecerá sobre el mal, acaso, como decía el leal Samsagaz ¿acaso no tratan de eso las grandes historias? Nuestro valor y principios serán puestos a prueba y demostraremos a esos seres sabios de orejas picudas y carácter bondadoso, que aún queda un hueco para ellos en este planeta, que no todo está perdido.

Que los Puertos Grises no son la única salida, que prometemos proteger todo lo bueno que crece a nuestro alrededor, que no miraremos más a los ojos que yacen brillantes bajo el agua, no nos fijaremos más en las noticias pésimas que hablan de un apocalipsis de la raza de los hombres sino que tallaremos sobre piedra en el Monte del Destino nuestras alianzas, alegrías y triunfos frente al Gran Ojo y Hermano que vigila nuestras mentes y vidas sin sentido.

Encontraremos la fuerza que perdimos en la batalla de los campos de Pelennor. Iremos juntos entre pedregales, no desayunaremos a menos que tengamos comida para todos, recorreremos paisajes nevados, navegaremos por ríos impetuosos y no temeremos ahogarnos porque siempre tendremos una mano amiga que acudirá por nosotros desde la superficie.

Lo lograremos mientras tengamos un objetivo, mientras caminemos en pos de nuestro sueño, con la compañía de amigos, de seres queridos, unos se quedarán hasta el final, otros nos traicionará pero nunca será demasiado el peso si mantenemos la mirada fija en el horizonte donde vivas almenaras nos señalarán el camino de ida, y si no tenemos agua suficiente para el camino de vuelta, confiaremos en la ayuda de grandes águilas que volarán en lo del cielo cuando todo parezca perdido.

Recuperaremos el aliento en casa de Elrond y la curación cuando al abrir los ojos veamos que todos los demás estaban esperando que despertáramos de este largo letargo, de este largo sueño cuyo amanecer está próximo …

Escrito por Arwen


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