Los Smials o Agujeros Hobbits. Dónde Viven




Interior de una casa hobbit artesanal


“En un agujero en el suelo, vivía un hobbit. No un agujero húmedo, sucio, 
repugnante, con restos de gusanos y olor a fango, ni tampoco un agujero seco, 
desnudo y arenoso, sin nada en que sentarse o que comer: era un agujero-hobbit, 
y eso significa comodidad.”

¿Qué fan de las novelas escritas por J. R. R. Tolkien no ha soñado alguna vez con vivir en una de estas casitas? Son comúnmente conocidas como Agujeros Hobbits, pero hay una palabra para designarlas dentro del Legendarium de dicho escritor, Smials.

Donde mejor se las describe es dentro de la novela El Hobbit:

<<Tenía una puerta redonda, perfecta con un ojo de buey, pintada de verde, con una manilla de bronce dorada y brillante, justo en el medio. 


La puerta se abría a un vestíbulo cilíndrico, como un túnel: un túnel muy cómodo, sin humos, con paredes revestidas de madera y suelos enlosados y alfombrados, provistos de sillas barnizadas, y montones y montones de perchas para sombreros y abrigos... 


El túnel se extendía serpenteando, y penetraba bastante, pero no directamente, en la ladera de la colina, y muchas puertecitas redondas se abrían en él... Nada de subir escaleras para el hobbit: dormitorios, cuartos de baño, bodegas, despensas (muchas), armarios (habitaciones enteras dedicadas a ropa), cocinas, comedores, se encontraban en la misma planta, y en verdad en el mismo pasillo. 


Las mejores habitaciones estaban todas a la izquierda de la puerta principal, pues eran las únicas que tenían ventanas, ventanas redondas, profundamente excavadas, que miraban al jardín y los prados de más allá, camino del río.>>

— El hobbit, 11-12 (Libro escrito por Tolkien)


Y la idea de vivir en un Smial no está tan alejada de la realidad. Hace unos meses saltó la noticia a internet de un joven danés que había cumplido su idea de vivir en una de estas curiosas casitas.

Hastiado de la hipoteca y los problemas económicos, ahogado por la crisis, cogió a su familia y se fue al campo.  Allí construyó un Agujero Hobbit con sus propias manos, con luz y agua. No salió más caro de 3.000 euros.


Y no fue el único, hay muchas personas que han intentando imitar las construcciones que ideó Tolkien para los pequeños hobbits. El mismísimo Peter Jackson ha dicho más de una vez que su deseo es, al ser anciano, alejarse de todo y vivir en una de estos cómodos hogares.

Dentro de poco, gracias a la película el Hobbit, basada en la novela de mismo nombre, podremos contemplar de nuevo la Comarca, repleta de pequeños Agujeros Hobbits.


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